miércoles, 21 de noviembre de 2007

Empezando por los nombres

"Barrio reo, campo abierto
de mis primeras andanzas,
en mi libro de esperanza
sos la página mejor."
Barrio reo. Fugazot y Navarrine (1927)


De a poco, iremos contando la historia y curiosidades de cada uno de los barrios porteños. Como bien decía la entrada anterior, la ciudad se divide formalmente en 48 barrios. Para poder acercarnos un poco a la historia de cada uno, y tomándolos como un colectivo que finalmente termina dándole la fisonomía a la ciudad, me pareció interesante el ejercicio de ver de dónde provienen sus nombres. No me refiero a contar cada una de las historias de las denominaciones de los barrios porque sería un post demasiado largo, la idea fue agruparlos en razones para la selección de sus nombres.

Por ejemplo, once de los barrios porteños deben su nombre a los antiguos propietarios de las tierras, que decidieron lotear y organizar distintas villas aprovechando, en muchos casos, la llegada del tren. Cuatro estaciones de tren, a su vez, dieron su nombre a los barrios que se construyeron a sus alrededores.

Ocho son los barrios que también se referencian con algún accidente geográfico o con la actividad realizada en la zona, por ejemplo Barracas, La Boca, Mataderos, Chacarita (es el diminutivo de la palabra quichua "chacara" o "chacra"), etc. El mismo número corresponde a aquellos que han tomado su nombre de las iglesias que estaban en la zona.

Las empresas también dieron lugar a cuatro denominaciones: La Paternal era una empresa de seguros y Caballito era la pulpería de Nicolás Vila. Los próceres o figuras importantes de nuestra historia se quedan con siete de los nombres. Parque Patricios y Parque Chacabuco le dieron el nombre a sus respectivos barrios.

Villa Lugano y Versalles reciben sus nombres por la ciudad suiza y el palacio francés, respectivamente. Otro barrio que en un momento se llamó como una ciudad extrajera es Mataderos, al que se lo conocía antiguamente como Nueva Chicago, por la importancia que tenía esa ciudad estadounidense en el mercado de la carne.

Los últimos tres nombres corresponden a personas que han prestado distintos tipos de servicio a la ciudad: Puerto Madero recibe su nombre en homenaje a Eduardo Madero quien le ganó la puja al Ingeniero Luis Huergo para realizar la construcción del primer puerto completo de la ciudad. Coghlan fue un ingeniero irlandés que colaboró con la ciudad y con los ferrocarriles ingleses. Y, por último, Crespo fue un intendente recordado por apadrinar la ceremonia de la colocación de la piedra fundamental de la Fábrica Nacional de Calzado, acto que le dio un gran impulso al barrio conocido hoy como Villa Crespo.

Como resulta evidente, después de este artículo no resultará necesario dividir la ciudad en una gama -tan variopinta como tilinga- de Palermos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Che, Palermo será por Martín?

Colores dijo...

No, lamentable e injustamente el gran goleador xeneize aún no tiene un barrio en honor a su trayectoria futbolística. Con respecto al origen del nombre Palermo, algunos creen que podría ser por la veneración a San Benito de Palermo que se realizaba en un oratorio de la zona, pero otros creemos que es porque el propietario de esas tierras fue Juan Domínguez Palermo.

Anónimo dijo...

Muy bueno. Creo que sería útil introducir entre paréntesis los nombres de los barrios a los que se hace referencia en la entrada.

Colores dijo...

gracias por el comentario. Había pensado en esa opción pero más adelante vamos a ir contando la historia de cada uno.

Anónimo dijo...

Muy ilustrativo che, la verdad ahora parece que tengo mejor sentido de Buenos Aires. Sintetico, al punto y entretenido.