lunes, 7 de enero de 2008

El Rosedal del Sur

Al igual que en el Norte, en Palermo, también en el Sur de la ciudad hay un rosedal.

La primera vez que escuché mencionar el rosedal de Puerto Madero fue en boca de un historiador especializado en urbanismo, quien dijo entonces que el rosedal del Sur “dialoga” con el del Norte.

Tiempo después, viajé hasta Puerto Madero para conocerlo (a Puerto Madero no se va, es una suerte de travesía que amerita el uso del verbo viajar). El jardín de rosas austral está en la Plaza del Huerto del Parque Micaela Bastidas, cuyo diseño estuvo a cargo de los arquitectos Magariños, Joselevick y Novoa. Emplazado en el sector Este del Dique 2, lo bordean la Avenida Rosario Vera Peñaloza, Julieta Lanteri y la Avenida Calabria. Es uno de los dos parques del barrio y fue el primero en construirse. Inaugurado en enero de 2003, tiene una superficie de 72.000 m2.

Lleva el nombre de Micaela Bastidas* (1742-1781), que fue la esposa de Tupac Amaru y tuvo un rol destacado en la rebelión indígena ocurrida en Tina (Perú) en 1780, la más grande en la historia del Virreinato. Derrotados, Micaela fue ejecutada junto a su marido.

La superficie del parque está dividida en tres barrancas. Muros de piedra sirven para crear distintos espacios.En uno de ellos, el Rosedal del Sur, crecen, como era de esperar, sólo rosas. Se plantaron más de 3.884 rosales de 27 especies, divididos en cinco canteros, cada uno de un color distinto. Las denominaciones de los rosedales son, por cierto, 27 nombres bastante extraños, pero tal vez lo son todos los nombres de las distintas especies de rosas. A saber: La sevillana, Valentina Casucci, Othelo, Anadía, Prestige de Lyon, Charles de Gaulle, Lady X, The Squire, Abraham Derby, Dove, Elle, L.D. Braihwaite, Johann Strauss, Elina, Jean Glono, Tchicovsky, Graham Thomas, Jardin de France, Dynastie, Gala Charles Aznavour, Mary Rose, Heritage, Pearl La Sevillana, Winchester Cathedral, Iceberg, Charles Aznavour y Swan.

Los otros dos sectores en los que se divide el parque fueron bautizados con nombres acordes a sus fines. En la Plaza de los Niños hay juegos infantiles y en la Plaza del Sol, se colocaron camastros de madera para que la gente se tire a descansar y a broncearse.

Cuando el historiador aquel mencionó el diálogo entre rosedales, en lugar de pensar inmediatamente el nuevo barrio de Puerto Madero como un espejo replegado sobre el Norte de la ciudad de Buenos Aires, se disparó mi recuerdo de un cuento de la serie Musicuentos que escuchaba, más que leía, de niña. Los musicuentos eran libros ilustrados que venían con un disco de vinilo adonde una voz en off hacía de narrador y con otras voces, música y sonidos varios, se teatralizaba la historia y los diálogos entre los personajes.

En “Las flores de la pequeña Aída”, durante la noche, los claveles, campanillas, violetas, alelíes, jacintos, azucenas, nardos, amapolas y margaritas, efectivamente hablaban entre sí, armaban bandos, rivalizaban, pergeñaban maldades, se diputaban el amor de Aída, y tras el amanecer, sumisas, volvían a su vida mansa de flores. Del cuento no recuerdo más que el diálogo florido y, lejanamente, a Aída, la niña que era la protagonista.

¿Qué diálogo sería imaginable entre las rosas sureñas y las norteñas? Posee mayor autoridad moral la voz de las palermitanas por tener renombre desde mucho antes? ¿O acaso por ser de mundo y haber visto pavonearse desde la alta burguesía porteña a principios del XX hasta, más recientemente, los travestis emigrados de la calle Godoy Cruz?Al final de cuentas, las del Puerto Madero no son más que su mero reflejo.

Pero si la historia es según quien la cuenta, pensaba que si, de repente, se borrara la memoria de que fue primero el rosedal de Palermo, el supuesto de que el del Sur lo proyecta, perdería todo sustento para los desmemoriados. Las rosas del Sur podrían decirse primigenias y mirarse al espejo al pensar las de Palermo. Visitar la Plaza del Huerto del parque Micaela Bastidas es un lindo paseo de domingo, pero nada de este complot deja entreverse entre las rosas del sur. Tampoco hace alusión al respecto el sitio oficial de Puerto Madero que puede navegarse haciendo clic aquí

*La Ordenanza Nº49668, dictada en 1995 por el ex Consejo Deliberante, le puso nombre de mujeres a las calles, parques y plazas de Puerto Madero. En todos los casos, se trata de heroínas provenientes de distintos orígenes sociales, con distintas profesiones, a las que las une un objetivo común: la defensa de la igualdad, la libertad y la independencia.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me emociona saber que mas alla de mis pagos palermitanos, mis hermanas del Sur, tambien existen y desde hace unos cuantos años.
Yo que estaba deshojando margaritas aburrida de ver siempre las mismas caras de mis hermanas, ahora puedo correr hasta la Plaza del Huerto para variar un poco.
Otra que flor de un dia. Gracias Flor del Irupé. Besos envueltos en hoja de parra. Tu amiga Rosita de Palermo

Anónimo dijo...

Gracias por divulgar esta info! ya que no soy de buenos aires, pero a partir del año próximo estaré viviendo en un alquiler temporario en capital federal así que esto de informar sobre los sectores no tan conocidos, me viene muy bien. Graicas, saludos!

JULIAN SAN MARTIN dijo...

Lindo sitio web y comentarios. Lástima que lo empañes con imágenes políticas de dos personajes (arriba, derecha) que humillaron a mi Buenos Aires querido, hasta quemando nuestras iglesias (se pueden visitar y ver las huellas, todavía hoy en la Manzana de la Luces). Salgo para el rosedal del sur. Julian, julanort@gmail.com